sábado, 8 de agosto de 2009

Mi amor platónico.

Oye tú, sí, tú, sabes que te hablo a ti, no leas porque me da vergüenza xD




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Odiaba ir al colegio (a ver si esa palabra es demasiado fuerte, o todo lo contrario: no alcanza a describir lo que sentía) Desde 6to básico, cuando me cambiaron de profesora y de jornada escolar, que iba en la mañana y luego debía ir en la tarde, me había entrado una especie de depresión y odiaba el colegio con todo lo que ello significaba. Entré a séptimo básico y mi vida cambió, lo juro, hay un antes y un después de esto.

Me da risa acordarme, no sé si es por la sensación agradable de las mariposas en el estómago, o por la manera chistosa en que me comporté por cuatro tortuosos años. Pero bien, me enamoré, si me enamoré ciega y perdidamente como nunca había estado antes, ¿Cuál era el problema? Él ni siquiera sabía que yo existía. Hablé de él en alguna entrada anterior, pero ahora voy a entrar a profundizar, como quien dice :B

Yo, como dije, iba en séptimo básico, las cosas se estaban aclarando un poco, porque estábamos más grandes, nos cambiaron profesores de nuevo (es que no me gustaba la anterior, me parecía tan incompetente y retrógrada, la la) y me devolvieron la jornada en la mañana. Pasaron algunas semanas hasta que lo vi. [ADVERTENCIA: FRASES MUY CURSIS A CONTINUACION] destacaba del resto porque resplandecía, todo él era resplandor :B aaay! sus ojos, su cara, su manera de caminar, la manera de peinarse, de usar el uniforme ¡TODO!. Me quedé pegada con él cuatro años. Y cuando digo pegada, digo, PE GA DA. Un día, por ejemplo, la profesora de Lenguaje me pidió de me cambiara de puesto, lo más lejos de la ventana, porque me la pasaba mirando hacia afuera a cada rato. Esto era atroz: cada vez que sonaba el timbre, me pegaba a la ventana a ver cuando salía él de su sala de clases. Él estaba en primero medio y las salas de la enseñanza media quedaban en el segundo piso del colegio, al frente de las salas donde estudiaba yo. ¿Puede alguien imaginárselo? era CADA VEZ que el timbre sonaba. Y eso eran por lo menos 6 veces al día (una en la mañana para entrar, dos para salir y entrar al primer recreo, dos más para el segundo, y una para irse a la casa) No me extraña si alguna vez se sintió observado. ¿Qué era especial en él? específicamente no sé, creo que todo, no podría explicarlo. Lo mío era como un fanatismo, porque nunca había estado/hablado con él, pero seguía adorándolo en secreto. Es como eso que le pasa a uno con las celebridades, bueno así era lo mío. Hasta el colegio empezó a verse mejor para mí (aunque no las notas, eso sí). Ya no me gustaban los viernes porque eso significaba que no podía verlo el día siguiente. Tampoco los feriados, ni cuando cerraron el colegio tres días por lluvia. Él era la razón para levantarme cada mañana. Todavía no logro entender cuándo, ni cómo. Cómo tan obsesionada con alguien con quien ni siquiera había cruzado UNA sola palabra. Mariposas en el estómago, primavera, azahares, esas cosas me recuerdan a aquella época.

¿Saben lo que pasó luego? Después de un año amándolo en secreto, adorando su nombre, lamiendo el suelo que pisaba, escribiendole millones de cartas que jamás le mandé, llevando cuentas en un cuaderno, con dia, fecha, hora, minuto, de como me sentía con él, decidí dar el *gran* paso. Era hora de hablar con él y hacerle saber de mi existencia ¿o no? ¿Y qué es lo mejor que se me ocurre? LLAMARLO! ¿Por quéeeeee nadie me paró? ¿Por qué nadie vino con una pala a pegarme en la cabeza y dejarme inconciente para evitar que mis manos tomaran aquel teléfono, y marcaran aquel número que yo aquel día en aquella guía telefónica busqué igual que una psicópata? ¿Por qué? Fueron cuatro o cinco llamadas de felicidad extrema, ¡impactante! ÉL, él estaba hablando conmigo, CONMIGO! Su voz era tan, perfecta xD. Y ríanse si quieren de lo que les voy a contar, una de las conversaciones que recuerdo era más o menos así:

Yo: Aló, ¿Ignacio? (los nombres han sido cambiados deliberadamente, con tal de proteger la identidad de las pobres víctimas del suceso)

Ignacio: Sí con él, ¿Con quién tengo el gusto?

Yo: Eeeeem, es queeee... eeem... Tú no me conoces y por el momento quiero dejar mi identidad en privado... [COMO TAN RIDÍCULA!]

Ignacio: Je, je... Bueno.

Lo que hace el amor y la desperación, yo creo que él lo entendió y jamás fue mal educado conmigo, jamás se corrió con alguna excusa o un "Dile que no estoy" y siempre que lo llamaba me hablaba simpáticamente, como cualquier persona decente (¡por eso lo amaba! vieron!?)

Después de las "llamaditas oportunas" ¬¬, se me ocurre la genial idea de invitarlo a salir [Deben pensar que no tengo amigos porque nadie me paró en el momento adecuado!] y a lo que él me dice: "Es queee... estoy pololeando" y yo: "aaaahm... bueno, pero..." ¡Y SE ME ACABA LA PLATA DEL MALDITO CELULAR! ¿Se han dado cuenta que al celular se le acaba la batería o el dinero en el momento menos adecuado? Me puse a llorar de la frustración, no tanto por la verguenza de haber hecho el loco todo el tiempo, sino más por la frustración de quedarme sin decirle lo que quería decirle, porque el celular malvado se comió como si nada los valiosos minutos que ese mismo día había recargado (por eso quebró la compañía JA!)

Después de eso salimos de vacaciones, así que no lo ví por eteeeernos dos meses y medio. Al entrar a clases nuevamente, las cosas habían cambiado un poco. Yo pasé a primero medio y él a tercero. Pero mis sentimientos siguieron siendo los mismos, las mismas cartas que jamás le mandé, con las mismas palabras escritas, los mismos textos de los que él era protagonista y la misma admiración sin límites. Viajé a Noruega por unas vacaciones, y al volver, me invitaron al cumpleaños de un compañero de curso. Y MI AMOR PLATÓNICO ESTABA AHÍ. ¡ay! Ignacio, si supieras como a mí se me salía el corazón cada vez que te veía y estar cerca de ti era como tener mil jeringas de crack en el brazo. Pasó que como todo el mundo sabía que a mí me gustaba Ignacio, mis amigas y los demás empezaron a hincharme: "Ya po, mira, si está solito ahi, sácalo a bailar, si van a bailar no más" y yo como que iba, y me arrepentía. "no, no que vergüenza" Una amiga (tan ubicadita ella ¬¬) le dijo que yo me moría de ganas de bailar con él, pero como no me atrevía a sacarlo a bailar, que me sacara él. Como era de su estilo, tan amable y recto, y elegante, y varonil y rico, 1,2,3 ricooo! me sacó a bailar. Fueron las dos canciones románticas más hermosas de toda mi vida hasta ese momento, ¿Cuánto es eso? ¿Como 6 minutos? terminamos de bailar, nos despedimos, y cada uno para su lado, pero fue el momento de felicidad más grande hasta ese instante de mi vida.

Desde ese entonces tuvimos como 2 veces en que intercambiamos palabras, o algo así. Y pasó el tiempo, y él salió de cuarto medio, y se fue a estudiar a otra ciudad y nunca más lo vi. De repente hablabamos por msn, pero no era la gran cosa. Además que de msn también desapareció. No supe nunca más nada de él. El colegio volvió a ser el mismo martirio de antes. No era lo mismo sin él.

Hace algún tiempo venía soñando con él. Lo veía en el colegio, como se veía antes, de pelito corto tan bien peinado, con el uniforme del colegio, en el mismo lugar en el que acostumbraba a juntarse con los amigos. Y después apareció en Facebook. Lo agregué y para mi agrado, me aceptó. Ha cambiado montones. No se parece mucho a la imagen que yo tenía de él en mi cabeza. Tiene hasta barba y pelo largo. Se ve enamorado. Aún no me atrevo a escribirle algún comentario en el muro de mensajes ¿Para qué? nunca fuimos amigos realmente, aunque me hubiese encantado, la verdad. Ahí lo tengo, espíandolo como antes, aunque de manera diferente, ya que, si bien sigo sintiendo admiración por él, no es la misma que antes, obviamente. Es sólo un lindo recuerdo, me gusta recordarlo así, y que así se quede pues.

:)

9 comentarios:

Sakenne dijo...

Qué linda/adolescente la historia, aunque linda en el sentido de la inocencia y la ingenuidad y no del final de la misma. Yo cacho que todas hemos caído por un nerd/geek/pastel, así que lo tuyo no es taaaan malo :)(imagínate yo, que caí cuando era chica por un ejemplar que reunía las 3 cosas, jajajaja!)

Igual podrías dejarle su mensaje loco, capaz que te responda n_n!!!

Besos

Yo :)

Päblo dijo...

Hay posibilidades de q el lo lea? porq si fuera yo, al menos lo encontraria extremadamente enternecedor jaja en serio. Me gusto el post :) Cuidate mucho

M dijo...

aaaaaw que tierna, jajaja, creo que todos hemos tenido un amor así, pero te pasaste de sicópata! jajajaja


uy el miércoles la historia se repetirá :P

jiji

ya busqué a "Ignacio" en tus contactos de facebook, lo agregué y le mandé esta historia.. ooooh jajaja mentira XD

tierna la historia ^^

Vitoko dijo...

weon porque todos te dicen tierna y nadie te hace ver lo sicopata que podis llegar a ser??? XDDDDDDD
quede pa la cagá xD
Ahora, lo bueno es que de esto se puede sacar una buena hipotesis.....
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el celular era SmartCom cierto? xD

Madelein Araya dijo...

jajajaja como que me llegué a enamorar de tu amor platónico xD
Me lo imaginé demasiado perfecto xD
La verdad yo nunca estuve así de enamorada en básica... o nunca tanto tiempo al menos xP Pero esas historias son las que se recuerdan con cariño :) Me gustó mucho tu post. Saludos!

Afumhue dijo...

@Vitoko, so acertada hipotesis xD

Unknown dijo...

Lo qe hace San Felipeee wn ! Algo parecido me paso en esos mismos años de escolaridad ! xD! La diferencia es qe era mas dificil verlo..tu caxaii xD! Pero notablee..encantador el comentario xD! ajkajkajka..y lo del celu..es lo mas acertado..putos celulares..mueren en los momentos precisos xD!
Cariños loquilla..y creeme qe tampoko tube a alguien qe me pegara con una pala xD! Y tambien tengo a aquel en fb xD! jakajkka..
Saluuudos..
Hablamos :)

Anónimo dijo...

era compañero mío

creo que sé quién es por la descripción

:P

Snipe dijo...

Pero qué cosa más linda. Yo te entiendo bien, a mí me pasó algo así un par de veces en la vida real, aunque nunca triunfé en esas cosas, yo.

También me acuerdo que yo psicopateaba tu blog para el tiempo que hice el mío. --¿Viste? No es tan difícil admitirlo. Deberías ir y contarle a él lo mismo.